ASUNTOS SOBRE
LA
ALIMENTACIÓN
Los bebés nacidos antes
de 34 a 37 semanas con frecuencia tienen problemas para alimentarse de un
biberón o de las mamas, debido a que tienen problemas para coordinar la
succión, la respiración y la deglución.
Otros padecimientos
también pueden interferir con la capacidad de un recién nacido para alimentarse
a través de un pezón. Algunos de ellos son:
Problemas
respiratorios, Niveles de oxígeno bajos, Problemas circulatorios, Infección en
la sangre.
Es posible que los
neonatos muy pequeños o enfermos necesiten obtener su nutrición y líquidos por
vía intravenosa.
A medida que se van
fortaleciendo, pueden empezar a recibir leche materna o leche maternizada por
medio de una sonda que se introduce hasta el estómago a través de la nariz o la
boca. Esto se denomina alimentación por sonda nasogástrica. La cantidad de
leche o leche maternizada (fórmula) se incrementa muy lentamente, especialmente
para los bebés muy prematuros. Esto reduce el riesgo de contraer una infección
intestinal llamada enterocolitis necrosante (ECN). Los bebés alimentados con
leche materna son menos propensos a contraer dicha infección.
Los bebés que son menos
prematuros (nacidos después de 34 a 37 semanas) a menudo pueden ser alimentados
de un biberón o del seno de la madre.
Al principio, puede ser más fácil para
los bebés prematuros manejar la leche materna que la alimentación con biberón,
debido a que el flujo de leche de un biberón es más difícil de controlar para
ellos y pueden ahogarse o dejar de respirar. Sin embargo, también pueden tener
problemas para mantener la succión apropiada en la mama para obtener suficiente
leche para satisfacer sus necesidades. Por esta razón, incluso los bebés
prematuros mayores pueden necesitar alimentación por sonda en algunos casos.
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